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Ejecución de Anclajes

Tanto activos como pasivos. Pueden ser de barra, tipo gewi, o de cable de distinto número de torones.

Los anclajes al terreno son elementos capaces de transmitir esfuerzos de tracción desde la superficie del terreno hasta una zona interior del mismo. Un anclaje está formado por la cabeza, la zona libre y el bulbo o zona de anclaje.

Los anclajes al terreno, ya sea provisionales o permanentes, tienen su aplicación en estructuras de contención, como los muros pantalla, en estribos de puente y en actuaciones para la estabilización de taludes y laderas.

Los tipos de anclaje al terreno más frecuentes están constituidos por tirantes de cables o barras de acero cuyos esfuerzos de tracción son transmitidos al terreno por medio de inyecciones de lechada de cemento.

Un anclaje es pasivo cuando es sometido a una carga inicial baja, normalmente comprendida entre el 10 y el 25% de la máxima prevista en proyecto. Por su parte, un anclaje es activo cuando es sometido a una carga de tesado, después de su ejecución, no inferior al 50% de la máxima carga prevista en proyecto.

El acero empleado en los tirantes de los anclajes deberá cumplir las especificaciones de la normativa, fundamentalmente la EHE-08, PG-3 y Eurocódigo 2. El límite elástico y la carga de rotura del acero depende del tipo de tirante (Barra tipo DW (Diwidag) o similar, Barra tipo Gewi o similar, cables).

El diseño de los anclajes al terreno parte de conocer el valor y dirección de los esfuerzos ejercidos por la estructura a anclar (cargas nominales) que nos permitirán dimensionar las diferentes partes del anclaje (tirante, longitud libre y longitud de bulbo). Para el dimensionamiento se considerará el comportamiento de cada uno de los elementos de los anclajes y su entorno (equilibrio local) y la estabilidad global de la zona donde se encuentra anclada la estructura.